DESCUBRIENDO LAS FASCINANTES ESCULTURAS de BRUNO WALPOTH

Como hace tiempo que en Todos contra el Arte no hablamos de escultura, y la verdad es que ya me apetece, hoy voy a presentaros a mi último y fascinante descubrimiento: Bruno Walpoth.


Bruno Walpoth nació en Italia en 1959 y se inició en la escultura a la temprana edad de 14 años con un maestro artesano. Desde entonces, y habiendo cursado también estudios sobre el tema en Alemania, no ha parado de investigar sobre la figura humana con la intención, según explica -de indagar en el cuerpo humano buscando crear figuras que tengan incluso alma.






De corte realista, las delicadas, sutiles y a la vez impresionantes tallas que Walpoth realiza están esculpidas a tamaño real en madera de nogal y tilo. El hecho de que estén elaboradas en este material hace que el resultado final no sea tan detallado como los trabajos de otros escultores considerados hiperrealistas, pero nada más lejos de perder calidad o expresividad con ello, esta característica otorga un simbolismo de lo más particular al conjunto de su obra.






Desde hace años este escultor busca modelos en los que inspirarse aunque confiesa no estar interesado en hacer retratos exactos de las personas que tiene delante. Bruno Walpoth se explica al respecto de la siguiente manera -No quiero idealizar personajes, simplemente custodiar emociones íntimas con la esperanza de que alguien sepa captarlas.






Las tallas creadas por Walpoth descubren a seres blanquecinos de belleza delicada y fascinante, a veces con un aspecto casi fantasmal, que impresionan al primer contacto visual. Los humanos que esculpe derrochan distanciamiento de la realidad, expresiones naturales sin artificios y seres inmersos en su propio mundo.

 


Un chico solo con los brazos caídos, una joven que muestra el envés de sus manos, ojos ausentes, bustos cabizbajos, figuras en medio de la nada... Estas criaturas de madera nos cuentan que viven un momento vital frágil; miran sin mirar, están sin estar, existen en un aquí lejano... aunque según cuenta su autor -No diría que se sienten destruidos, pero sí melancólicos e inmersos en sí mismos...


 



Si te apetece descubrir otras esculturas alucinantes  haz click aquí